domingo, 27 de mayo de 2012

Manos vacías. K.

K era una de esas personas que echan de menos el vacío cuando este se ausenta. Le gustan las tortitas, sin nata. Y las natillas de chocolate con ella. Con nata, quiero decir.
Los viernes le gusta ir de fiesta. Los sábados y domingos también. Es de ese tipo de personas que no le gusta eso de las películas en el sofá para dos. 
Es alérgico a todo lo referente al amor. Por eso, cuando se enamora, se da cuenta porque estornuda mucho, y no puede parar. 
La cosa es que a K le gustan los labios que se van antes de dormir, para después volver a tener manos vacías, como su corazón. Le gusta caminar solo por la calle, y si lo hace acompañado que sus manos sigan estando vacías. 
Una vez yo iba andando por la calle, también con las manos como el corazón -vacíos- y me crucé con K. Por aquel entonces no tenía ni idea de lo de las tortitas sin nada, y las natillas con ella. Ni lo de su alergia.
Pero entonces K me miró a los ojos.
Y estornudó.

©Alejandra
Don't Copy
 

domingo, 20 de mayo de 2012

Me pido

Me pido ser tus "buenos días". 
Tus "buenas noches"
Me pido ser tu despertador, tu taza donde bebes. Tus sábanas.Me pido ser tu frío, tu miedo. Me pido ser tu "siempre", aunque ni siquiera crea en ello. Me pido ser tus sonrisas, y tus tardes de estudio.
Pero si me dejaras pedirme algo, si de verdad pudiera pedirme algo, sin duda sería ese "¿ves? te dije que nada cambiaría" dentro de unos años,
 mientras me besas en tu cama
 y me recuerdas lo tonta que fui al pensar 
que no iba a serlo.

©Alejandra
Don't Copy
 

lunes, 14 de mayo de 2012

Autótrofos


Nos volvimos autótrofos.
Al principio me asusté un poco, pero al cabo de los días me di cuenta de que estabamos en lo cierto. Autótrofos. De esos que no necesitan comer. 
Realmente no sé si nos volvimos autótrofos; la cosa es que no necesitabamos nada. Ni siquiera teníamos sed, ni hambre, ni sueño. 
Ni siquiera echábamos de menos al sol cuando echábamos las persianas o era de noche. 
Ya nos teníamos a nosotros.

©Alejandra
Don't Copy
 

domingo, 6 de mayo de 2012

Antes dije que te quise, pero mentí

Esa noche ibas preciosa.
Cuando llamé a tu puerta, y abrió tu padre, y saliste, la luna se murió de envidia al verte.
La sonrisa te hacía los ojos más bonitos. Y el pelo, suelto, sin el lazo que solías ponerte te hacía más adulta.
Todavía, a veces, antes de dormir pienso en tu vestido azul con el que he soñado infinitas veces.
Cuando me diste la mano y fuimos a la playa, me moría de ganas de besarte. Estabas nerviosa y me pediste que no me fuera, que me quedara contigo para siempre. 
Después un beso, y otro, y otro más. Te quise.
Espero que puedas contarle a tus nietos lo feliz que fuiste aquel año, y que él se acuerde del primer día que te recogió, y de tu vestido.
Yo también volví a casarme. Ella también tenía una sonrisa preciosa, pero todavía sueño con la tuya. Pero ya no estamos juntos, y mis nietos me piden cada dos por tres que les cuente la historia del mejor año de mi vida, donde tú eres la protagonista.
Espero que por fin, esta noche, cuando vaya a recogerte tras más de cincuenta años, sigas teniendo la misma sonrisa que me hizo que me enamorara de ti.
Antes dije que te quise, pero mentí. Nunca he dejado de quererte.

©Alejandra
Don't Copy