miércoles, 30 de marzo de 2011

Tenía el corazón activado, pero en modo silencio


Siempre he creído que lo que se expresa escribiendo no se es capaz de volver a reproducirlo hablando.
Y ahora yo voy a ser yo la que va a pregonar lo que siente a voces sordas de teclado.

©Alejandra

domingo, 27 de marzo de 2011

Anoche no solo cambió la hora


Por favor, te lo pido, no te pongas esa chaqueta, ni sonrías con esa media sonrisa.
En serio, joder, no andes de ese modo, ni me des la mano. No me digas que vengo guapa, ni me digas que te encantan mis ojos. Y para de ignorarme de vez en cuando, que haces que yo te busque. Venga ya. No sonrías cuando sabes que te estoy mirando pero tú no me miras. Ni me guiñes el ojo, ni te sientes al lado mía.
Por favor, que así no voy a poder resistir quererte.

©Alejandra

viernes, 25 de marzo de 2011

No te enamores


Te voy a dar un consejo para esta noche, yo lo llevo haciendo años y me va mucho mejor. Se trata de no caer. Es decir, bébete una copa, dos o tres, pero no caigas en la rutina de acercarte a la barra nada más que para verlas... ya sabes. Fuma y come, pero no te pases. Ve bien vestido, pero no te las des de creído. No te pongas los zapatos negros que te acostumbras poner en las fiestas, en serio. Y bueno, esto es lo más importante. Porque lo de beber, comer y fumar te lo puedes saltar, que no pasa nada. Pero joder, no te enamores. Que sé lo que es que te miren y sonrían, y bueno, que pasen por delante tuya y... En serio, si quieres líate con ella, pero eso, que sea un lío de una noche. Pero, ya sabes lo que pasa si te enamoras...de verdad, no te dejes el culo por nadie.

©Alejandra

domingo, 20 de marzo de 2011

Adiós.

Querido tú:
Esta es la última cara que te escribo antes de irme. Porque ya lo he decidido, me voy. Y volveré pronto, sí, pero para cuando lo haga ya tú no estarás.
Ahora me voy a otro sitio a quererme, a disfrutar, a ir a teatros, cines, y fiestas. A beber, y a hartarme de comer sin importarme nada más.
Sé que la mitad de estas palabras quizás no sean verdad. Pero solo quizás.
Solo sé que antes de ayer me acosté con el miedo pegado a las sábanas, y ayer tú no me lo quitaste, sino hiciste que se me pegase a la piel.
Gracias por aquella cerveza en aquel bar, donde empezó todo. Aún recuerdo la mancha de mi pintalabios en tu copa, y tus dedos enredados en los míos.
En fin, volveré aquí pronto y espero que para entonces todo vaya bien.
Sé feliz, amor.

©Alejandra


viernes, 18 de marzo de 2011

A ti, que empiezas por P


Hicimos de aquel callejón, nuestro callejón
y jugamos a escondernos y querernos cada fin de semana.
Me gustaba cuanto te calentabas las manos en los bolsillos o cuando estábamos juntos a la salida.
Me pediste que confiara en ti, y yo lo hice.
Te diría que no te voy a echar de menos, pero mentiría.

©Alejandra

martes, 15 de marzo de 2011

1. Despega hacia tus pestañas


Se sube en el avión casi de las primeras. Elige sitio, y como hace siempre, se pone cerca del ala, en la ventana. Aunque esta vez, no ponga el equipaje de mano arriba, sino sobre sus rodillas.
Ve como la gente sube sonriendo, con alguna que otra lágrima saltada, o riendo a carcajadas. Ve como una pequeña va de la mano de su hermano, y este de su padre. Como una pareja se da un beso al sentarse delante suya. Como suben las azafatas.
De pronto suenan los altavoces y piden que apaguen los teléfonos móviles. No está el avión lleno, pero parece que van a despegar en breves. Va a apagar su teléfono móvil cuando siente que ahí va a empezar una nueva vida. O al menos una época mejor.
No va a encender el teléfono en varias semanas, y va a aprender, comer, reír, amar y conocer.

Y justo cuando va a dejar pulsado el botón rojo y ahí marcar un antes y un después, le llega un mensaje. No sabe si abrirlo, si borrarlo, si apagar el móvil y o pensar en haberlo apagado dos minutos antes y no estar pensando en eso.
Pero, y quizás se arrepienta dentro de unos días, lo abre. Sonríe y apaga el móvil.
Y gracias. Pero ahora, apunto de despegar, con el móvil aún en la mano derecha, va a empezar a vivir. Y esta vez solo con lágrimas que sepan a zumo de melocotón.

©Alejandra

sábado, 5 de marzo de 2011

Buongiorno, amore


Hoy ella se ha despertado con todavía algo de pintura en los ojos, aunque ayer se desmaquillase antes de dormir. Acaba de despertarse pero sigue estando tan cansada como ayer a las dos de la mañana. Tiene todavía su cuerpo caliente de haber estado dormida hace tan solo cinco minutos.
Debería levantarse ya, tiene muchas cosas que hacer, pero se queda tumbada un poco boca arriba. Levanta las rodillas y le viene su olor.. Y no el olor de su colonia, ni el de su ropa, ni tampoco el olor a chicle de menta que siempre lleva. Sino su olor, el de él.
Y se queda ahí un poco más, sonriendo, quieta, cansada, recordando la noche anterior. Y sin darse cuenta cierra los ojos y aunque no debería, se vuelve a dormir.

©Alejandra

martes, 1 de marzo de 2011

Maletas que empiezan, y esta vez por la "Z"


Empiezo a hacer la maleta y son demasiadas cosas las que quiero recordar. Zapatos, chaquetas, camisas. También calcetines gordos, que allí hace frío. Echo vaqueros claros, oscuros, de cuadros, unos grises, unos rojos. Una falda, aunque no crea que me la ponga. Meto unas zapatillas de andar por casa, y el pijama, claro. También el neceser, la ropa interior, las medias y algunas pulseras.
De pronto, la maleta (que tan grande es) está repleta de cosas y no me cabe nada más. Todavía me hace falta meter el vestido o el secador.
Mamá siempre me dice que empiece por el principio y la deshaga, echando solo lo importante. Pero aún me quedan muchas cosas que meter, y tengo todavía cuatro días. Así que esta vez no empezaré por el principio, empezaré por la "Z" que por la "a, b, c..." ya sabemos de memoria. Empezaré por el final; por la "Z" de zapatos, de plaza, de empezar.
De empezar, eso es, pero esta vez con la "Z" de placer, de canción. Aunque se escriban con "C", y esta vez no me importe.

©Alejandra