lunes, 28 de noviembre de 2011

Ya no amanece.

Erase una vez una historia, la misma historia, que se llevaba repitiendo desde hace meses.
Se preguntó a cuantas le habrías dicho lo mismo que le estabas diciendo a ella. A cuantas habrías recogido de su casa y cogido de la mano. A cuántas habías tumbado en tu cama y recorrido cada uno de sus lunares con la yema de los dedos. Y después le habías dicho en el oído que te encantaba.
Se lo preguntó una y otra vez, hasta cincuenta veces a lo largo de la noche. Para ti posiblemente sería otra más. La historia se volvía a repetir, solo que esta vez los protagonistas eran ellos.
Hubo un momento el que se dio cuenta de que quizás, y solo quizás, esta vez todo era diferente. Las únicas palabras que pueden demostrar algo son aquellas que acompañan los hechos.
Le miró a los ojos, sonrió y le dio un abrazo. Le apretó tan fuerte que parecía que estaban hechos para encajar el uno en el otro, como dos cucharas en el cajón de la cocina.
Se quedó quieta, parecía de hielo, pero seguía con la misma pregunta en la cabeza. A lo mejor quería evitar pensar en eso, pero le costaba demasiado trabajo creer que con ella era diferente.
Pero hubo un segundo en el que se paró de hacer la pregunta. Eran las 21:47 y se escuchó: "Prometo quererte hasta que amanezca".
Desde aquella noche ella no se ha hecho nunca más la pregunta. Ni ha vuelto a amanecer.

©Alejandra
Don't Copy


¡¡YA SOIS 101!! Gracias por leerme, de verdad.
Aprovecho para decir que ya han sido varios blogs los que he encontrado con textos míos y no me gustaría tener que denunciarlos a Blogspot. Espero que los borren, que no se vuelva a repetir y sepan valorar el trabajo ajeno. Gracias una vez más ♥

martes, 22 de noviembre de 2011

#6. Secretos

"Querido :
Después de todo el tiempo, y conseguir saber donde te escondes, solo puedo escribirte lo que abarca este medio folio.
Echo de menos la manera con la que me cogías la mano debajo de la mesa mientras que mis padres echaban leche en tu café. Echo de menos ver como venías cada noche a escondidas a verme, y como me decías que me querías entre dientes. Y los secretos.
Ya han pasado un año y cinco meses desde que te fuiste, y todavía sigo con la esperanza de que vuelvan las manos debajo de la mesa, y los te quiero entre dientes. Porque aunque me dijiste que te olvidara, siempre se me hace tarde, y no me da tiempo a olvidarte.
Vuelve, que el postre que me prometiste está harto de esperar.
Te quiere; la chica de los helados en invierno."

"Querida chica de los helados en invierno:
Tras otros casi cinco meses con tu carta entre las manos, decidí que ya era hora de responderte.
Perdóname por irme y pedirte que hicieras algo que yo no podía hacer. Yo también te echo de menos, y volveré, no sé cuando, pero no me esperes. Vive tu vida, ama, y déjate amar. Sin mi. Disfruta cada mañana, como si no fueras a ver más el sol, y cada noche como nosotros lo hacíamos. Ve a la heladería de la esquina y pídete el postre que te mereces. No pagues, dile que yo iré un día de estos, sabes que nunca ha habido problema por eso.
Deberías saber que aunque me fui, decidí buscarte en otros labios, y no te encontré.
Sé que te mereces al menos una explicación del por qué, pero quizás no la haya.
Algún día volveré con un helado en mis manos. Hasta entonces, por favor te pido que me olvides. Y que cuando llegues olvidemos todo lo que pasamos, y empecemos de cero. Conociéndonos. Creo que la razón por la que me fui es porque no me conocías, y cuando vuelva te merecerás conocer al capullo que soy de verdad.
Hasta entonces,
Te ama, como siempre; el chico que se fue buscando olvidarte."

©Alejandra
DON'T COPY.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Algún día os explicaré a qué me refiero.

Estaba subiendo las escaleras de dos en dos cuando escuché aquellas dos palabras que cambiaron mi ritmo e hicieron que las subiera de una en una.
"Te amo"- Le dice aquel chico con una sonrisa en la boca.
Y ella le mira, perpleja, con los ojos mirando a cualquier parte menos a los suyos; Y se dan un beso frío, de esos que si lo hubiera visto un viernes en medio de una fiesta me hubiera quedado igual.
Pero me quedo con el "te amo". Joder, ¿Sabes lo que significa, lo qué estás diciendo? Amar ¿Lo haces? Creo que te equivocas, que la gente se equivoca, que nos viene grande. Que creemos que amamos, pero que va. Amar es más que tener ganas de verle los lunes a primera hora y dormirte los sábados pensando en sus pestañas. Le querrás en todo caso, pero no le amas. Y menos con diecisiete años, en un portal a las siete de la tarde de un lunes lluvioso. Amar, hasta la palabra nos viene enorme.
Yo mientras escuchaba el ruido de sus besos empecé a subir otra vez los escalones de dos en dos, y me acordaba de sus lunares. Quizás eso sí que es amar.

Algún día os explicare a qué me refiero.


©Alejandra

Don't Copy

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Con-tigo (II)

Contigo los cafés por las mañanas empezaron a saberle menos amargos. Ya no demoraba las copas en las barras de los bares cuando se acercaba alguno a decir cualquier tontería. Contigo se dio cuenta de que si estaba a tu lado las mañanas se hacían más cortas y los lunes menos jodidos. Que si estaba contigo no le hacía falta agua, ni tenía frío. Ni miedo.
Contigo estudiar se hacía fácil, y las tardes de domingo en invierno eran para dos. Contigo se le olvidaba dormir por las noches y que las bombillas se funden, las tartas se acaban y el amor se gasta.
Contigo no le entristecen tanto las despedidas. Porque sabe que no lo son.

©Alejandra
Don't Copy

viernes, 4 de noviembre de 2011

Perdóname por no poder perdonarte.


Perdóname. Me pierdo todas las noches pensando en que apareces y que de pronto me pides que vuelva, que me quieres, que esta vez será de verdad. Y entonces yo te diría que no, que lo siento, que te odio, que no podría. Que eres el gilipollas más gilipollas del mundo. Que me estoy volviendo loca de tantas tonterías. Que no me importaría dejarte de ver en muchos años, y que no volvieras a volver, porque no te perdonaría nunca.
Perdóname, pero me encantaría poder decirte que a pesar de todo me acuerdo de lo bueno, pero no puedo. Aunque no sepa dejar de pensar en ti.
Pero aún así, perdóname, porque en el fondo no podré perdonarte.
Así que vuelve y perdóname tú a mi. Y dime que me quieres. Dímelo porque nunca seré capaz de decírtelo primero.

©Alejandra
Don't Copy