domingo, 28 de abril de 2013

"Ese viaje cambió mi vida"

La puerta no se abre.
No se puede abrir,
Y nos saltamos el balcón a las 5 de la mañana,
Con cinco copas de ron encima.
De pronto me siento hielo
Y acabamos en un césped,
Frente la comisaría de la policía.
La cosa es que mientras la hora de la siesta es para dormir,
Vamos a la playa a despertarnos
Y nos besamos como sino pudiéramos parar de querernos.
Ojalá el tiempo fuera cíclico.
Lo mejor fue
El bufet por la mañana.
El bufet por la tarde,
Y el postre de la cena en esa habitación aún con la puerta cerrada.
Como si no quisiéramos salir:
nadie nos espera fuera,
Y eso es lo mejor de todo.
Le cogemos cariño a eso de saltarnos el balcón,
Al ron por la noche,
A querernos,
A dormir juntos,
A comer juntos y comernos.
Mi teléfono lleva dos semanas apagado 
Y por primera vez, ni me doy cuenta.
Descubrimos restaurantes escondidos, 
Vamos a ver pisos como si nos fuéramos a quedar allí,
Y me pides quedarnos.
Pero de pronto aviones.
Hubiera dejado de sonreír,
Pero.
"Ese viaje no cambió mi vida"
Esa vida cambió mi viaje.

©Alejandra
Don't Copy 

martes, 9 de abril de 2013

A mi no me gustan los plan B.

Me despierto, y que sea abril en mi colchón es lo que menos me preocupa.
¿Sabéis que es lo mejor que puedes hacer con un hombre? Hacerlo literatura.
Obvias detalles y lo haces más bonitos. Es ridículo. Pero sirve.
Abrid un libro, sea cual sea, y buscad el nombre de un hombre. Leed la página completa.
A no ser que sea un asesino, un loco o político posiblemente te enamores.
Ahora, el próximo viernes salid y hablad con uno de ellos.
No pienses que se va a convertir como un caballero o como un capullo de esos que os enamoran; que va. Posiblemente esté borracho y te intente meter mano. Los hombres que van a bares por la noche ya no son como los de antes.
Dicen que antes salías al bar de abajo y encontrabas al amor de tu vida. Te invitaba a una copa e incluso te guiñaban el ojo.
Así que ala. Todos a hacer hombres literatura.
La cosa es que este plan B se ha vuelto universal. Todos lo utilizan aunque no sean conscientes de que están transformando hombres en literatura. Es eficaz, barato e incluso te hace feliz.
Pero yo no venía a deciros eso. No voy a convenceros de nada, pero os invito a que no transforméis a hombres en literatura, ni siquiera un poco. Nada, dejadlos así, como sean. 
Porque aunque no lo sepáis hay hombres que ya son literatura por sí solos.

©Alejandra
Don't Copy