jueves, 3 de octubre de 2013

Laberintos.

Ya me había lavado los dientes, puesto el pijama y me disponía a dormir. Pero cuando me he tumbado en la cama me he dado cuenta de algo.
El amor es un laberinto. 
Solo los que hayan vivido alguna vez amor lo entenderán.
Entras al laberinto una vez ilusionado, esperando encontrar la salida pronto y pasarlo bien. 
Al fin y al cabo es un juego, y a quién no le gusta apostar para ganar.
Pero giras y te encuentras con una pared. Y otra. Y otra.
Y de pronto no encuentras la salida ni tampoco la entrada.
Empieza a llover y no sabes salir. Y te agobias.
La cosa es que la gente cree que corriendo va a encontrar antes la salida, pero no.
La gente cree que gritando les van a sacar antes de ahí, pero no.
Por correr la salida no llega antes, ni las paredes desaparecen. 
Desde dentro escuchas las risas de los que han salido de la mano. Y tú quieres.
Y por querer, yo hoy no quiero salir.
Esta noche me quedo a vivir aquí contigo.

©Alejandra
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martes, 24 de septiembre de 2013

Irte sin irte.

Es martes y siento como si fuerse uno de esos lunes en los que cualquier cosa te sienta mal.
A veces el miedo se mete por la espalda en noches como estas,
y no puedes evitar que se salga de la cama.
Desde hace unos días vuelve a fijarse mi calendario en dos semanas de más,
mi cama se hace demasiado grande ahora que vuelve el invierno,
y hasta el miedo me hace compañía por las noches.
No te vayas.
Y si te vas que no sea irte,
no sé si me entiendes.
Porque lo único bueno de irte sin irte de verdad
Es que vuelves.
Y qué puta es Madrid.

©Alejandra
Don't Copy

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Los veranos están hechos para echarlos de menos.

Podrán pasar mil años, pero a mí me sigue haciendo ilusión comprar material escolar nuevo. 
Asumes que ha terminado una gran época, pero quién dice que esta no sea aún mejor.
La cosa es que se ha acabado mi verano a las 13:45 de hoy y no porque empiece pronto la universidad.
Si hemos podido con el primero, podremos con todo lo que nos echen.
'A veces sonríes tan fuerte que haces que las pequeñas cosas malas que se intentan colar desaparezcan de golpe'- Y sonrío.
¿Sabéis que ha sido lo mejor de este verano?
Que he sido feliz. 

©Alejandra
Don't Copy

Hacía tiempo que no escribía, pero pronto escribiré mucho más a menudo. Os espero por aquí a todos los que os queráis pasar. Ala, feliz jueves!!

martes, 13 de agosto de 2013

Estrellas fugaces.

Un escalofrío de esos que dices: joder, da gusto este fresquito.
Es verano pero tenemos dos mantas, como quién toma helado en invierno y es feliz.
La cosa es que la lluvia de estrellas empieza y, sino fuera porque no tenía palomitas, juraría que estábamos en el cine. 
El mejor regalo que le podéis hacer a alguien como yo es algo así.
Ayer juraría que por primera vez en la vida las estrellas fugaces tuvieron envidia de alguien. 
Y fue de nosotros.
'Ayer fue más que una noche'. Y de verdad, que lo fue. 

©Alejandra
Don't Copy

A quien tenga la oportunidad, hasta el jueves hay lluvia de estrellas.
Que apague las luces, saque la cabeza por la ventana, pida un deseo y sonría fuertefuerte.

miércoles, 31 de julio de 2013

21.31

Llevamos improvisando veintiún treinta y uno
Intentando que los relojes a veces corran 
Y otras se paren.
Hoy en día nadie apuesta por nadie,
Y yo lo hice con miedo.
En ningún momento nadie me dijo: "haz lo que quieras"
porque al pensar len qué era bueno para mí,
Nadie pensó en mí.
Pero apostar y después ganar es un enganche.
Y desde entonces renuevo mi apuesta cada treinta y uno
Para darme cuenta de que soy feliz.
La diferencia está en la manera en la que te acuestas.
Antes siempre lo hacía con una camiseta XL.
Ahora solo visto sonrisas, 
Y te juro que a veces cuando me giro de madrugada
Veo la tuya.
Porque estás,
Porque siempre estás,
Estés donde estés.

©Alejandra
Don't Copy

martes, 9 de julio de 2013

Llegó él. Verano.

Dije que mi verano empezaba el ocho.
Y llegó ayer, de golpe, 
pillándome por sorpresa aún sabiendo que iba a llegar.
Hoy sí que han sido buenos días.
Ayer sí que fueron buenas noches.
Hay trenes que son preciosos,
y son los que te traen de nuevo a mí.

Feliz verano a todos.
Verano no importa cuánto,
felices espero que mucho.

©Alejandra
Don't Copy

jueves, 4 de julio de 2013

cremalleras

Ella se sienta en una silla.
Y él le acaricia la espalda,
quizás como acaricia a su perro,
o como se rasca los tobillos 
al quitarse los calcetines.
Ella cierra los ojos 
y él le baja la cremallera del vestido,
sin darse cuenta que, al hacerlo,
 no está abriendo ni el corazón,
ni el vestido.
Que solo está abriendo heridas.

©Alejandra
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jueves, 27 de junio de 2013

Lunares

No me gusta ir al médico.
Pero la chica que me atiende 
No me parece mal del todo.
Me quito la camiseta y me siento en la camilla.
'Parece que te han pintado los lunares'
Y me saca una sonrisa.
Si quisiera, de verdad, si ella quisiera
Ver lo que son luna-res bonitos,
Que se vaya a Madrid.
Pero que le quede claro, 
Que esas constelaciones son mías.

©Alejandra
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domingo, 23 de junio de 2013

Así

A mi nunca me ha gustado que me llamen 'princesa'
Porque nunca me ha parecido un alago.
Desde pequeña, mis personajes favoritos 
No han llevado ningún tipo de corona.

Suena el teléfono y son las once de la noche
'Cariño, ¿te apetece cenar fuera?'
Y, por favor, a quienes no me conozcáis:
Jamás me llaméis cariño.

Las parejas que se llaman 'gordi' o 'peque'
Siempre las he admirado 
Porque yo nunca podría llamar así a alguien a quien quiero.
No sé por qué, supongo que lo llevaré en los genes.
Abro la boca para decir algo parecido
Y como que las cuerdas vocales boca-les se rompen.

Mira que son bonitas las cuerdas de tu guitarra
Cuando no la tocas,
Sino que es ella quien nos mira desde la esquina.
Te despiertas, y estas a mi lado.
Me llamas por mi nombre 
Y me dices que la guitarra tiene envidia 
De mis curvas.
Esperad, no releáis,
Pero creo que no hay cosa más bonita que esa.
Que te llamen por tu nombre
Recién despertada.
Y un beso.

Hace días que no tengo un buen día 
Y aunque el verano según el calendario empezó hace días,
El mío empieza el día ocho.
¿Sabéis qué?
Mi padre siempre me ha dicho que soy una reina,
Que nunca me llamen 'princesa'.
Y lo de cariño, quería decir, si algún día llegas a leer esto,
Que ese día a las once de la noche
Estaba en pijama y cenada
Viendo una película para dos
Con alguien que me llamaba por mi nombre,
Y cada vez que lo hacía

sonreía.

©Alejandra
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sábado, 8 de junio de 2013

Érase una vez el día que se me olvidó como se escribía.
Mamá siempre me ha dicho que no importa lo que haga, que llegaré a la luna si me lo propongo.
Mi padre me ha enseñado que las noches no son buenas sin un beso de buenas noches.
Alguno que otro aún no entiende por qué las cosquillas no me hacen cosquillas.
Mi abuela siempre tuvo más ganas que yo de reir a carcajadas, y me enseñó a hacerlo cada día.
Mi abuelo no me llama por teléfono porque dice que se pierde la magia de mirarnos.
Claudia que las cosas con una cerveza en la mano se ven mejor.
Mi tía me ha enseñado tanto que no cabría por aquí.
Mi tío me enseñó que no me preocupara si se iba el tren: que al final siempre pasa dos veces.
El abuelo que sale andar todos los días a la misma hora que yo salgo para la universidad que sonreír por la mañana es gratis. Y te alegra el día.
Mi vecina que los desayunos saben mejor sentadas en la encimera.
Mi mejor amiga que las amistades se gastan.
Mi mejor amiga que hay amistades que no se gastan.
Una vez alguien me dijo 'nos vemos este domingo' y con eso me enseñó que los domingos son los mejores días de la semana.
Alguien muy grande me enseñó que escribir era algo más que ordenar letras.
Ellas que brindar es mejor si es por nosotras.
Un señor mayor con bigote que también se puede querer a alguien pase lo que pase. 
La cabrona aquella, que las cosas saben mejor después de un gran esfuerzo.
Hace poco alguien me enseñó una de las cosas más importantes del mundo,
e incluso hubo quien sin hacer nada bueno por mí, ya me enseña cosas.

Pero quería saber, que por qué en ningún momento nadie me explicó que Madrid estaba tan lejos algunos días, y tan cerca muchas noches.
Que no me acuerdo.

©Alejandra
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viernes, 17 de mayo de 2013

Once años después.

Hace once años, en un colegio pequeño.
Cada niño tenía que hacer dos carteles por el día de la paz.
En uno de ellos tenía que dibujar o escribir algo que le hiciera super feliz.
En otro, algo que le encantaría hacer dentro de diez años.
Como comprenderéis, hubo de todo. Desde "las tartas de mamá" hasta "jugar al fútbol con mis amigos".
Hubo una niña que no escribió en ninguno de ellos, solo hizo dibujos.
En el primero había un hombre mayor y una niña. Y del hombre mayor salía un bocadillo que ponía "Te quiero". En el segundo salía dos niñas viajando en un avión. Salía sonriendo, de la mano y en el avión ponía "gemelas".
En el fondo no sé cual de los dos era el de dentro de diez años, ni cual lo que le hacía feliz (y creo que nunca lo ha sabido nadie)
La cosa es que ayer, el abuelo de esa niña le dijo te quiero.

©Alejandra
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viernes, 10 de mayo de 2013

Adiós.

Sin duda, si esto fuera una película de buenos y malos, ella sería uno de esos personajes que pasan desapercibidos.
Uno de esos que no es tan malo como se piensa ni tan poco importante como creen.
A veces sueña con personas que no quiere.
Y es horrible.
Porque no quiere saber nada más de ellos.
Indiferencia de los que les pase,
de lo que hagan o donde estén. 
No le importa nada, en absoluto.
(Pero en sus sueños le abrazan)
A veces sueña con hijos de puta. De los grandes.
Y no le apetece seguir soñando con ellos.
Si llora es de impotencia, que os quede claro. 
Hijos de puta de sangre blanca, de esas que da frío.
De esos que solo quieren a una persona: a ellos mismos.
Han hecho mucho daño a grandes,
así que por favor les pide hoy,
que desaparezcáis de una puta vez de su vida.
Completamente. Y para siempre.
Es feliz cuando no os ve,
así que no aparezcáis en sus sueños.
Perdonad por sus palabras,
Pero hoy no le apetece dedicarle más palabras, ni siquiera pensamientos,
a personas que hace tiempo que dejaron de considerarse personas.

©Alejandra
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domingo, 28 de abril de 2013

"Ese viaje cambió mi vida"

La puerta no se abre.
No se puede abrir,
Y nos saltamos el balcón a las 5 de la mañana,
Con cinco copas de ron encima.
De pronto me siento hielo
Y acabamos en un césped,
Frente la comisaría de la policía.
La cosa es que mientras la hora de la siesta es para dormir,
Vamos a la playa a despertarnos
Y nos besamos como sino pudiéramos parar de querernos.
Ojalá el tiempo fuera cíclico.
Lo mejor fue
El bufet por la mañana.
El bufet por la tarde,
Y el postre de la cena en esa habitación aún con la puerta cerrada.
Como si no quisiéramos salir:
nadie nos espera fuera,
Y eso es lo mejor de todo.
Le cogemos cariño a eso de saltarnos el balcón,
Al ron por la noche,
A querernos,
A dormir juntos,
A comer juntos y comernos.
Mi teléfono lleva dos semanas apagado 
Y por primera vez, ni me doy cuenta.
Descubrimos restaurantes escondidos, 
Vamos a ver pisos como si nos fuéramos a quedar allí,
Y me pides quedarnos.
Pero de pronto aviones.
Hubiera dejado de sonreír,
Pero.
"Ese viaje no cambió mi vida"
Esa vida cambió mi viaje.

©Alejandra
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martes, 9 de abril de 2013

A mi no me gustan los plan B.

Me despierto, y que sea abril en mi colchón es lo que menos me preocupa.
¿Sabéis que es lo mejor que puedes hacer con un hombre? Hacerlo literatura.
Obvias detalles y lo haces más bonitos. Es ridículo. Pero sirve.
Abrid un libro, sea cual sea, y buscad el nombre de un hombre. Leed la página completa.
A no ser que sea un asesino, un loco o político posiblemente te enamores.
Ahora, el próximo viernes salid y hablad con uno de ellos.
No pienses que se va a convertir como un caballero o como un capullo de esos que os enamoran; que va. Posiblemente esté borracho y te intente meter mano. Los hombres que van a bares por la noche ya no son como los de antes.
Dicen que antes salías al bar de abajo y encontrabas al amor de tu vida. Te invitaba a una copa e incluso te guiñaban el ojo.
Así que ala. Todos a hacer hombres literatura.
La cosa es que este plan B se ha vuelto universal. Todos lo utilizan aunque no sean conscientes de que están transformando hombres en literatura. Es eficaz, barato e incluso te hace feliz.
Pero yo no venía a deciros eso. No voy a convenceros de nada, pero os invito a que no transforméis a hombres en literatura, ni siquiera un poco. Nada, dejadlos así, como sean. 
Porque aunque no lo sepáis hay hombres que ya son literatura por sí solos.

©Alejandra
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martes, 26 de marzo de 2013

Buenos días

Te prometo que esta mañana abrió los ojos, miró a la ventana
y el sol parpadeó.

©Alejandra
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domingo, 10 de marzo de 2013

Domingos

La persiana está hasta arriba en esa casa. Y es domingo.
Fuera no para de llover, los truenos tienen complejo de banda sonora y los arboles no dejan de moverse buscando quizás ser tan felices como los de dentro.
Y claro, dentro no paran de llover besos, las risas tienen complejo de banda sonora y ellos que.
En serio, con domingos como los de hoy,
quién quiere viernes.
©Alejandra
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miércoles, 27 de febrero de 2013

Se sienta en el sofá y cierra los ojos.

Va a empezar a llover y cierra los ojos.
Está sentada en el sofá. Quieta. Posiblemente pondría aquí un vídeo de ella, y pensaríais que es una fotografía.
Piensa en la primera vez que tumbada en la bañera, y él en el suelo, se convertían en las personas más felices. Cuando él le sacó a bailar en pijama en ese mismo salón, cuando le hizo el amor la primera vez en la cama: le besó su cicatriz, y por primera vez se le olvidó que la tenía. La primera vez que comieron juntos en un restaurante, cuando fueron al balneario, cuando le dio un primer beso, cuando le montó por primera vez en coche.
La tarta que hicieron juntos y salió malísima. La primera vez que hicieron el amor en el vestidor, la vez que se pidieron disculpas casi llorando. La primera vez que le dijo "no dejes de quererme, por favor". Cuando descubrieron aquel bar que ahora echan de menos. La vez que le llenó la cocina de post-it. La primera vez que durmieron juntos, la primera vez que decidieron no volver a no dormir juntos. "Ojalá el tiempo fuera cíclico".
 El primer miércoles borrachos en el salón. La primera película en la cama. Cuando fueron a la sierra, a la playa. La primera navidad, el primer verano que fueron felices. Juntos.
Cuando se fueron a vivir juntos, cuando se hipotecaron, y la primera vez que él se fue.
Y la primera vez que él volvió.
El primer cuadro en la pared, y la primera pared pintada para dos.
La primera pelea, la vez que se volvieron a arreglar en aquel bar. La primera vez que se dijeron cosas estúpidas y se arrepintieron. El primer "te echo de menos".
Los helados en su portal, o cuando pasaba algo malo y se alegraba los días mutuamente.
Cuando le manchó la camisa de carmín, el primer teatro, las primeras cartas.
Los sms de :"Tengo ganas de abrazarte, en dos días estoy allí". El tiempo se cicló.
La segunda vez que él se fue. Y la tercera y la cuarta. Y todas las veces que ella se ha sentado en aquel sofá con los ojos cerrados a recordar todo aquello, porque el amor de su vida va a volver. Siempre vuelve.
Y se escuchan las llaves. Por fin. Y se abre la puerta. Volvió.
La casa se hace enorme cuando él no está.
Y sigue con los ojos cerrados, todavía quieta en el sofá. Y se le curva la comisura de los labios y casi, te prometo que casi sonríe.
Se acerca él con una sonrisa enorme y le besa con más ganas que nunca. Y ella, aún inmóvil, (por fin) abre los ojos.
"Ay mi amor, no llores".

©Alejandra
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Escucho del 1:40 al 3:53 mil veces. Me refiero a ese poema con guitarra de fondo. Mil veces, y todavía no me canso.
http://www.youtube.com/watch?v=WqSW7dxCeQo

viernes, 22 de febrero de 2013

Hoy desordeno palabras así:


Un beso
Corto no,
Un beso largo.
De esos de ojos cerrados
y corazones abiertos
aunque reconstruidos a base de grapas 
(ya que las tiritas ya hace tiempo que dejaron de pegar)
Risas
Un puzzle
Abrazos
Más risas, y él se hunde en su clavícula sonriendo.
A veces hay momentos tan felices que podrías decir que ya podría pararse el tiempo. 
Que te quedas ahí.
    Hoy hace frío fuera.
Son las cuatro y media de la mañana
y todavía siguen gastando el tiempo en vivir.
Suena el despertador -hay despertadores muy hijos de puta-
y entre un "un ratito más, por favor" y un "no te vayas" se escapa un abrazo
de esos que una vez estuvieron en peligro de extinción.
Pero son las cinco y treinta y siete minutos, y el despertador les grita tienen que irse.
En plural.
A los dos.
No pueden abrir los ojos                    -no quieren-
Y de pronto ganas de quedarse.
Otravez en plural
A los dos.
A la mierda el tren.
   Y más besos
       Felices
          Suyos
Pero "tenemos que levantarnos" sale de una de sus bocas 
Bomba nuclear en las cabezas
pero sonríen
que cabrones, no pueden no ser felices
son suyos
Acuarelas
Y al fin ella; aún con un poco de rimel de anoche, los ojos como platos "no por grandes, sino por rotos", y su boca con una sonrisa; le pregunta:
- ¿Cuando vas a volver?
Y sin dejarle acabar la última palabra le dice:
- Desde hoy estoy volviendo

©Alejandra
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sábado, 2 de febrero de 2013

Ironías.

     Pastillas para dormir.
Ironía es que sueñe.
La casa está sola y llena de mierda,
esperando dos semanas
y un día,
a que vuelvas a llenarla
o a vaciarla.
     Tumbada en la cama me pregunto
si es mejor perder el tiempo
(quien dice gastar dice perder,
y viceversa)
en intentar dormir
o en vivir.
      La cosa es que desde que te fuiste
cuento los días como días para
que vuelvas,
e ironía es que te quiera
a través de espacios
hasta que vuelvas
a comerme
a besos
tumbados en la cama
sin gastar el tiempo en dormirnos;
sino en vivir.

©Alejandra
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lunes, 28 de enero de 2013

Mi calendario cuenta los días como días para.

Nudos.
En la garganta o en el estómago.
Pero de eso ya hay mucho escrito, ¿verdad?
Hoy vengo a escribir de otro tipo de nudos.
Estos no hacen (tanto) daño.
Y por la noche, antes de dormir (y apagar ese móvil que no hace nada más que recordarnos en qué día vivimos) aparecen y nos arrancan más de una sonrisa.
Estos nudos son los fabricantes de 'soñar con', y no cobran el IVA.
Si alguna vez os despiertan con un beso sabréis a qué me refiero.
La verdad es que yo no hace mucho que sé de su existencia, pero la verdad es que alegran vidas.
Hace un momento he ido a beber un vaso de agua y he vuelto a sentir el nudo. He sonreído. 
Y es que hay miradas que se cruzan,
y otras que se anudan.

©Alejandra
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jueves, 10 de enero de 2013

Buenas noches

Noviembre de hace 11 años.
Papá llegaba tarde.
Estaban todos dormidos.
Antes de quitarse la ropa (ni siquiera el abrigo) abría despacio la puerta de la habitación de ella y le daba un beso.
Por la mañana siempre le decía:
"Ayer cuando llegué, te besé y volviste a decir "espera, quédate un ratito", y te dormiste de nuevo". 
Y ella siempre le abrazaba.

Hace 13 días, 13 horas, 48 minutos.
Hacía mucho tiempo que no se acordaban ninguno de los dos de todo eso.
Pero hace poco ella se despertó temprano ya que el sol se colaba desde el pasillo y se levantó a cerrar la puerta. Estaba bostezando, intentando no hacer ningún ruido para no despertar a nadie cuando escuchó:
"Ayer por la noche, cuando te quedaste dormida, te di un beso y me dijiste que me esperase, que me quedara un ratito"
Y, por supuesto, también le abrazó.
Y se quedaron un ratito que todavía dura.

©Alejandra
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miércoles, 2 de enero de 2013

Dos urnas. Uno de enero.

Otro uno de enero más para la lista y seguimos con lo mismo. 
Promesas.
Ayer hice dos urnas y propuse meter papeles anónimos en cada una. Os explico.
En la primera las famosas promesas: "Prometo trabajar más", "ser más responsable", "prometo ponerme en serio a estudiar", "prometo terminar el proyecto en el que llevo años", "prometo ir más a verte", "prometo confiar más en mí", "prometo demostrar más", "ayudar más a mis padres"  y así decenas de papelitos, muchos repetidos.
Y me di cuenta de que cada uno de enero hacemos promesas que ya nos propusimos una vez y hemos roto.
Desde hace años (dieciocho para ser exactos) no prometo nada. Ni porque sea uno de enero.
Ya tuve una mala experiencia en 2012, que quise prometer algo. Prometí en forma de trato.
Y cada noche, como cada promesa, se transforma en astilla y se mete en la yema de mis dedos, haciendo daño. No sé, creo que sería igual sin delante el "prometo".
Aún así, ayer, empecé a sacar papeles y a escribirlos en folios. Al principio eran diferentes; pero, al final, al lado de cada uno había un número que decía cuántas veces se ha repetido en la urna la misma promesa. 
Hubo una que no se repitió, ni una vez. 
"Prometo no hacer más promesas" en boli azul y la esquina del papel rota. 
Posiblemente esa persona odie prometer,
porque sepa que sí que sabe cumplir promesas, que después nadie cumple.
Nadie. Ni siquiera quien hace un trato en medio de un beso.
Y bueno, lo de la segunda urna es otra historia que pronto escribiré. 
Y esto sí que lo prometo.

©Alejandra
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