El empezó diciendo que se moría por cada uno de los milímetros de su piel. Que ama, y repito, ama como se pinta los ojos los viernes por la noche, y como le da la mano los sábados por la tarde.Y no sabéis la cara de felicidad que se le puso al decir que el domingo cuando se despertó encontró sus pendientes en su mesita de noche, y ella dormida a su lado.
©Alejandra.
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