viernes, 22 de abril de 2011


Va al perchero de su cuarto para cambiar del bolso gris, las llaves y la cartera, al bolso marrón, que hoy le pega más.
Abre el primero para coger las cosas y ve dos bolsas. En una quedan pocas chuches, y la otra está llena de lacasitos de colores. Se sienta en el suelo y se come dos. Uno azul, y uno verde.
Sin quererlo, se le escapa una sonrisa.
"Venga, ¡que llegas tarde!"- Se escucha fuera de la habitación.
Y ella se levanta deprisa, dejando las dos bolsas en el suelo de su habitación, junto al bolso que no se va a llevar. Llega a la entrada y le están esperando sus padres para llevarla en coche, ya que está lloviendo, a dónde ha quedado.
Ríe mientras baja las escaleras, y lo hace sin darse cuenta. Abre la puerta del portal y espera a que sus padres salgan.
"Hacía tiempo que no escuchaba una risa tan bonita"- Le dice su padre de broma mientras él también sonríe.
Y ella sabe que es verdad. Que hacía mucho tiempo que alguien así no le producía una risa tan bonita.

©Alejandra

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