jueves, 15 de diciembre de 2011

Llevaba reloj.

Todas las mañanas se cruza con la misma sonrisa. Con el mismo hombre. A la misma hora. Al principio creía que era cosa del azar, eso de que le viera dos días o tres días seguidos. Pero ya van dos meses.
Él sabe quién es. Y ella sabe quién es él.
Él siempre tiene el móvil en las manos haciendo qué sabe quién. Quizás está buscando una canción que le recuerde la fiesta del sábado por la noche, para alegrarse el día. Quizás (y le consuela que sea esta la opción) esté poniendo la radio, para escuchar canciones y alguna que otra noticia entrecortada que le haga volver a la realidad de la que se evade con las canciones. O quizás le esté mandando un mensaje a su novia, si tiene, con un "Buenos días amor, t he preparado el desayuno, está en el salón. q aproveche!".
El caso es que siempre lleva el móvil en las manos.
Últimamente con guantes.
Hoy, por primera vez en dos meses, no llevaba el teléfono y se han cruzados casi sin mirar. De pronto ella ha escuchado que paraba de andar y se ha girado para ver qué hacía.
"Perdona, ¿Tienes hora?"- Y le ha sonreído mirándole a ella.
Pero en su mano izquierda, él llevaba reloj.

©Alejandra
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2 comentarios:

  1. Siempre historias con un final tan inesperado… siempre historias tan (perfectamente) perfectas

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  2. ooh, gracias mi chica de verdad!
    no sabes lo que me alegra que te guste todo esto:)

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