miércoles, 2 de enero de 2013

Dos urnas. Uno de enero.

Otro uno de enero más para la lista y seguimos con lo mismo. 
Promesas.
Ayer hice dos urnas y propuse meter papeles anónimos en cada una. Os explico.
En la primera las famosas promesas: "Prometo trabajar más", "ser más responsable", "prometo ponerme en serio a estudiar", "prometo terminar el proyecto en el que llevo años", "prometo ir más a verte", "prometo confiar más en mí", "prometo demostrar más", "ayudar más a mis padres"  y así decenas de papelitos, muchos repetidos.
Y me di cuenta de que cada uno de enero hacemos promesas que ya nos propusimos una vez y hemos roto.
Desde hace años (dieciocho para ser exactos) no prometo nada. Ni porque sea uno de enero.
Ya tuve una mala experiencia en 2012, que quise prometer algo. Prometí en forma de trato.
Y cada noche, como cada promesa, se transforma en astilla y se mete en la yema de mis dedos, haciendo daño. No sé, creo que sería igual sin delante el "prometo".
Aún así, ayer, empecé a sacar papeles y a escribirlos en folios. Al principio eran diferentes; pero, al final, al lado de cada uno había un número que decía cuántas veces se ha repetido en la urna la misma promesa. 
Hubo una que no se repitió, ni una vez. 
"Prometo no hacer más promesas" en boli azul y la esquina del papel rota. 
Posiblemente esa persona odie prometer,
porque sepa que sí que sabe cumplir promesas, que después nadie cumple.
Nadie. Ni siquiera quien hace un trato en medio de un beso.
Y bueno, lo de la segunda urna es otra historia que pronto escribiré. 
Y esto sí que lo prometo.

©Alejandra
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2 comentarios:

  1. deseando ver lo que dice la segunda urna. y que esa persona en 20123 vuelva a confiar.

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    1. mil gracias chica de los chicles:) estoy segura de lo hará

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