viernes, 6 de agosto de 2010

Vacaciones.


Me siento en un banco. Llevo andando quince minutos por este pueblo que no sabía que existía hasta hace poco más de unas horas. Mis padres han alquilado una casa aquí con mi familia.
Ahora mismo todos deshacen las maletas, mientras tanto, yo he cogido mi bolso, y he salido a la calle. La verdad que hace frío. Bueno tanto como frío no, pero bastante menos que allí, en casa. Llevo pantalones vaqueros cortos, una blusa suelta, y el pelo ondulado, con una pinza pequeña, con la forma de una flor.
Hay calles estrechas, anchas, inundadas de árboles y gente. Todo está de ese color tan bonito que le da el sol cuando está a punto de ponerse, por la tarde. Hago una foto desde un puente, es preciosa. Se ve un río, árboles y edificios. Me imagino lo bonito que será despertarme y mirar por la ventana.
Es un viaje fantástico, en un pueblo fantástico y con unas personas fantásticas.
Me he puesto los cascos y escucho canción a canción mientras pienso en todo lo que haremos en estos días. Y sí, es verdad que cuando escuchas música mientras caminas pareces que estas dentro de un estúpido videoclip.

(La foto es mía, y ese es el pueblo en el que estoy)


©Alejandra.

1 comentario: