miércoles, 15 de septiembre de 2010

Felicidad


Una gota de agua de algún aire acondicionado cae sobre su hombro mientras corre hacia su casa. Tiene una sonrisa de esas que se contagian, esas de felicidad. Y va corriendo al ritmo de esa canción que tanto le gusta. De un lado para otro, mientras la tararea. Ahora cierra los ojos, deja la maleta en el suelo, y empieza a dar vueltas. Rodeada de alegría, de carcajadas. Y saluda a todo el mundo que se encuentra a su paso. No puede parar de sonreír, aún no. Es de esos momentos que por más que quieras no puedes... porque eres feliz, aunque sabes que son de esos brotes que no duran mucho. Y se da cuenta de que la felicidad está detrás de todas esas pequeñas cosas. Y espera que esta vez dure más que un simple brote.
©Alejandra.

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