
No vengo a contarte la historia de los besos de despedida que se quedaron en el aire y no se volvieron a dar. Tampoco vengo a contar la de chico conoce a chica y al final todo parece bonito. Aunque esa siempre me ha gustado. Deberías saber que la de los mensajes por la madrugada y las sorpresas ya me las sé de memoria. Bueno, y la del zapato de cristal o la manzana roja todos os las sabéis, pero nadie las vive. La del teléfono que suena y nadie lo coge, o la que se queda hablando sola pensando que no había colgado, nunca me han llenado. No he venido a contarte la historia de los besos a escondidas. La que te apetece andar descalza, y dejar los zapatos debajo de su cama. Ahora no vengo a hablarte de ninguna de ellas.
Venía a contarte la historia de las chicas que estudian, pero sacan tiempo para sus amigas. La de las chicas que van al cine y no pueden parar de reír, nunca. Las que se dedican canciones, y textos, y sus méritos. Las que se abrazan sin razones, y se ayudan, independientemente de lo que haya pasado. Las chicas de los helados en invierno, y que aún compartiendo paraguas, se mojan. Y vale sí, que ellas también lloran, pero son fuertes. Muy fuertes. Creédme que se quieren. Muchísimo.
©Alejandra
te quiero alejandra
ResponderEliminarYo mucho más claudia ♥
ResponderEliminarSí, yo también creo en esa historia (:
ResponderEliminarSolo pasaba por aquí, un beso.
¡Muchas gracias!
ResponderEliminar♥