martes, 10 de mayo de 2011

El final no empieza hoy


Cruzó las avenidas de su mano, al igual que cada uno sus lunares. Pintó en su espalda ochenta veces su nombre y sabía de sobras que quizás se borrarían, pero eso no le preocupaba.
Sonrieron a contraluz, en el cuarto de sus padres y tumbados en su salón. Sonrieron (juntos) hasta en Inglaterra, y aunque se perdieron las sonrisas de otros, no les importó, porque se alimentaban de las suyas.
Fueron desde el campo hasta debajo de su cama.
Ella tiene una foto grande en la pared de su cuarto de ellos dos, como en aquella película en la que ella siempre lloraba.
Pasan buenos ratos, y buenísimos... pero como en todo, también hay malos, malísimos.
Pero se aman, y ella podría decir que no le quiere. Lo podría decir tanto que acabaría por creerse su propia mentira.
Pero ya sabes con es eso del amor. Podría mentirse a sí misma, pero no engañarse.

©Alejandra

1 comentario:

  1. Este texto va por una persona a la que quiero muchísimo y hoy se ha llevado un gran susto. No te preocupes, ya sabes que en verano también hay chaparrones.

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