domingo, 17 de octubre de 2010

Baja las escaleras de dos en dos, y al final, salta los tres últimos escalones.

Se pone bien la camiseta y va a mirar si hay correo. Abre el buzón y caen cientos de sugus de colores. De pronto se empieza a reir a carcajadas y se echa las manos a la cara. Sonríe mientras los guarda todos en el bolso, no quiere que se quede allí ninguno. Ve una carta al final, en un sobre beige con un sugu azul dibujado. Se sienta en el suelo y se mete un caramelo en la boca. Empieza a leer, mientras se ríe como si no hubiese nadie más allí. De pronto se le saltan las lágrimas y sigue riendo. Se levanta de golpe y, como si estuviese siguiendo instrucciones de un juego, se seca las lágrimas con la manga de su camisa y abre una caja que hay detrás de una columna. La abre nervisa y dentro hay más sugus. Y al final, otra carta. De pronto, se echa a llorar. Dios, como le debe de querer el chico de los sugus. Lo que le debe de querer ella a él.
Ahora se levanta y corre hacia no sabe dónde, dejando caer algunos de esos caramelos que guardan todos esos secretos. Los suyos.
©Alejandra

2 comentarios:

  1. Preciosa como siempre. Por cierto el detalle de los sugus es estupendo. 1beso

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  2. Ai Evolet, muchísimas gracias, en serio:D
    Un besazo♥

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