sábado, 22 de enero de 2011

Cuando él respira, hace literatura.

Te miro, pero tú no estás mirándome.
Empiezas a bailar y cierras los ojos.
Estoy quieta, y sigo cada uno de tus movimientos con la mirada. Subes los brazos y cierras los ojos. Estás haciendo poesía mientras bailas. Te ríes y eso se clava en mi estómago como un verso que acaba en “tú”. Sueñas en una noche que no acaba o, simplemente, piensas en la música, pero en ningún momento miras hacia mí. Te mueves, las luces cambian de color, y una chica se te acerca. Bailas con ella, y no puedo evitar cerrar yo también los ojos. Una masa de gente me arrastra, y subo los brazos. Aún con los ojos cerrados bailo, y no pienso en nada, no quiero pensar en nada. De pronto los abro y estás delante de mí, y lo único que haces es respirar. Respiras y me miras a los ojos, como dos niños de quince años en el instituto.
Pero nosotros tenemos dieciséis, y tú cuando respiras, no sé sin inconscientemente, o quizás queriendo, pero haces la más bonita poesía.

©Alejandra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario