No soy perfecta, y eso no me asusta.

Tengo más defectos que virtudes, y siempre me encontrarás riendo a carcajadas.

Los fines de semana como Hamburguesas, gusanitos, chuches, chocolate, bebo, estudio y voy de fiesta. Entre semana no suelo salir, soy muy exigente con los estudios. No desayuno nunca de lunes a viernes, sé que debería, pero me da fatiga tan temprano. No me gusta mentir, aunque a veces lo haga hasta a mi misma. En mi cabeza estallan revoluciones cada dos por tres, y aunque a veces soy un sol, otras soy borde. No soy conformista, para nada. No me hace falta dormir para soñar. No me gustan las peleas, nada. Odio que la gente discuta por tonterías. He aprendido a valorar cosas que antes no hacía. Me gusta escribir, leer, amar. No trato de sobrevivir día a día, si no de vivir cada día como si fuera el último. Hace semanas que no lloro por algo malo, aunque hace días que en mi cabeza no deja de llover. Me siento una persona afortunada, y hago por merecérmelo. Quiero con todo mi corazón a las personas que me importan. Confío en muy pocas. No me gusta escribir con boli negro, ni con tinta líquida. Prefiero escribir incluso a lápiz. Me gusta arreglarme. Me gusta la ciencia. Y vivir, reír, querer. Me da miedo decepcionar.

Soy bipolar, y me gusta hacer feliz. Siempre voy dando los buenos días a todo el mundo, y regalo sonrisas. Pero no soy perfecta.

Puedo seguir escribiendo tantas cosas como cicatrices hay en todos nosotros

Porque soy la persona más imperfecta de este mundo, pero no me asusta la imperfección. Y quizás sea eso lo más perfecto que tengo.

©Alejandra