martes, 2 de agosto de 2011

En todos los aspectos ella era una chica normal

Tenía una altura media, un peso medio, y para su edad era lo bastante madura. Vamos, lo justo.
Tenía las rodillas huesudas, y aunque era delgada tenía las caderas marcadas. Le gustaban los días de sol, aunque también la lluvia cuando estaba viendo una peli para dos. Además le gustaban las redes sociales, y leía libros que le hacían pensar que el amor podía ser maravilloso. Escribía, se pintaba las uñas, y le encantaba salir los viernes. Se recogía a las doce y cuarto, tenía su cuarto algo desordenado, y sacaba buenas notas. Muy buenas.
La verdad, es que jamás ha sido la más popular en su instituto (siempre lo ha visto una gilipollez) y no le gustaban las peleas. Lo que sí le gustaba era despertarse tarde, los días de playa, y bailar. Lloraba de impotencia, y se preocupaba porque las cosas salieran bien. Quiso a varios tíos, amó solo a uno. Le gustaban los secretos, los vestidos, y las sonrisas. Le gustaba sentirse querida, y querer. No se enamoraba fácilmente, pero siempre había alguien que le hacía cambiar de opinión. Bebía a veces, y llevaba un reloj de pulsera que le regalaron no hace mucho. Tenía muchas camisetas, y la verdad, es que tenía una talla de pie corriente.
Le gustaban los helados incluso en invierno, y le encantaba el sonido de las carcajadas.
Como veis, en todos los aspectos ella era una chica normal, sólo que no lo era.

©Alejandra
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