
Él, en cambio, acababa de entrar de la ducha, ahora iba a salir, tan tarde.
Ella se acuerda de aquella noche y decide llamarle, pero no lo coge. Nada, tampoco pasa nada, es verano, ahora toca disfrutar y no pensar las consecuencias.
De pronto, en medio de doce carcajadas a la vez, suena su móvil. "Un momento, me llaman" Dice mientras se levanta y se va a la orilla.
- ¿sí?- Dice tocando el agua. Está fría.
+ Hola, ¿Me has llamado antes?- Dice mientras sonríe al otro lado del teléfono- es que estaba en la ducha y no lo he podido coger
- Sí sí, pero no te preocupes, ¿qué tal?- Y antes de terminar la frase él ya le había interrumpido.
+ Que alegría escucharte, ¿cómo que me has llamado?
Estaban mirando las mismas estrellas, solo que muy lejos. Pero cuando se escucharon se sintieron mejor, más cerca.
- Nada, tenía ganas de escucharte- Y sonrieron los dos a la vez, a cientos de kilómetros.
©Alejandra
Don't Copy
a veces, lo mejor de tus historias, es que son reales.
ResponderEliminarsabes? no hay nada más que me guste dejarte visitas para descubrir cosas como éstas
oh, gracias Clauds :)
ResponderEliminareres increíble
La voz del ser amado despierta la felicidad en el alma.
ResponderEliminarTienes una forma tierna de contar historias, que me gusta :)
Besos de neón
le doy toda la razón a claudia.
ResponderEliminarMuchísimas gracias a todas♥
ResponderEliminarsois geniales,
un abrazo grande